El pasado martes 27 de octubre alrededor de las 10 y 30 de la noche se dio un enfrentamiento entre grupos juveniles en el barrio José Santos Zelaya en la ciudad de Estelí. Al lugar se presentaron dos patrullas policiales que de inmediato iniciaron persecución en contra de los adolescentes, irrumpieron de forma arbitraria, en la casa de la señora MAR, madre del adolescente de 16 años de iniciales JBUA, pues no llevaban orden de allanamiento; ni iban en persecución actual de algún delincuente.
Afirmaron los familiares que el adolescente no había participado en el enfrentamiento, pero que ya anteriormente ha sido perseguido por el oficial que identifican como Modesto. Que por temor a ser detenido injustamente, el adolescente decidió refugiarse en casa de su vecina, se tiró por el cerco a la casa de la señora de iniciales ACGA, dándole persecución los oficiales de tropas especiales conocidos como los Dantos e irrumpiendo por la puerta trasera de la casa. Al tumbarla, de inmediato sujetaron al adolescente y comenzaron a golpearlo, propinándole un golpe con el arma de reglamento (AK 47) en la boca del estómago.
Este episodio estaba siendo observado por una vecina, otra adolescente de 15 años de edad y de iniciales MEGA quien intervino manifestándole a los Dantos que no lo golpearan. Entonces, el oficial identificado como Modesto que se encontraba en la calle de forma abusiva ingresó a la casa, de forma violenta haciendo a un lado al hermanito de cinco años de la adolescente. La adolescente empezó a reclamarle a Modesto, quien empezó a gritarle que no se metiera, que se iban a llevar a ese delincuente, ella le dijo que era un atrevido por la forma como había aventado a su hermanito, contestándole el oficial que a él nadie se le ponía malcriado y amenazándole con llevarla presa.
Cumplió su amenaza, la tomó por la fuerza del brazo y la arrastró hacia la calle, al ir por la puerta se sujetó y otros dos oficiales le golpearon los dedos para que se soltara de la puerta, de forma violenta la subieron a la patrulla golpeándole la cabeza y una rodilla que recién le habían operado, todo esto a pesar que los vecinos le gritaban a los policías que la dejaran, que ella nada estaba haciendo, la policía la expuso a los medios de comunicación que se encontraban en el lugar dando cobertura y la condujeron a la delegación policial como detenida.
Al llegar su madre a la Policía, le dijeron que estaba detenida por obstrucción de funciones. La filial le dio acompañamiento a entrevista con el jefe departamental de la policía Comisionado Mayor Alejandro Ruiz Martínez, quien no quiso dar mayores explicaciones, limitándose a expresarle que más tarde le entregarían a su hija.
No fue sino hasta eso de las 05:45 de la tarde del veintiocho de octubre que oficiales de control de detenidos le abrieron la puerta, sin que hubiese una formal entrega a su madre, de forma irresponsable la policía solo la sacó al estacionamiento de la delegación policial. Ese día fueron liberados los otros cinco adolescentes detenidos por la policía.
Preocupa al CENIDH el incremento de denuncias en contra de la policía cuando violan la integridad física de los detenidos, y en este caso especialmente de adolescentes y para evitar ser denunciados acusan a quienes se oponen a las violaciones a derechos humanos de obstrucción de funciones o de agredir a los oficiales de policía.
La filial además de documentar el caso ha brindado el acompañamiento solicitado y enviara carta con consideraciones al Jefe Departamental de la policía, además de acompañar la queja en asuntos internos en contra del oficial conocido como Modesto.
Los hechos aquí relatados ameritan nuestra demanda de que la Policía sujete su actuación a lo establecido en la Constitución, el Código de la Niñez y la Adolescencia y los instrumentos internacionales de derechos humanos.