“Vamos todos a cantar el canto de libertad. Es nuestro derecho de vida defender nuestra verdad.        Con un zíper en la boca no podemos continuar. Que le vamos a heredar a tus hijos y a los míos. Si callamos hoy aquí, que les vamos a decir. Cuando nos pegunten porque estamos así…”                  -Sonidos de libertad  del cantautor, nicaragüense  Gustavo Bucardo-

“Somos voces de este pueblo que ya quiere despertar”  dice la letra de una poderosa canción con contenido social de protesta social creada de forma colectiva en el tercer campamento jóvenes comprometidos con una cultura de paz, realizado en la finca Vida Joven Jinotega del 19 al 21 de octubre, el titulo sintetiza la experiencia de tres días en la que 130 jóvenes promotores y promotoras de derechos humanos de la Red de Promotores-as Padre César Jerez de 28 municipios del país compartieron sus experiencias y desafíos en la defensa de derechos humanos. 

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, CENIDH, desde su fundación hace 25 años ha apostado a la educación en derechos humanos como un elemento fundamental para la existencia de un Estado de derecho donde el respeto a los derechos humanos  sea una realidad y no una ficción. En este recorrido la creación de comisiones de promotores y promotores como plataforma de acción para que hombres y mujeres  de zonas urbanas y rurales del país hagan suyo el lema: “derecho que no se defiende, es derecho que se pierde!, ha sido una de las estrategias fundamentales y un producto concreto de los procesos de educación. Actualmente, la Red de Promotores y Promotoras Padre César Jerez es sin duda la columna vertebral que impulsa el conocimiento de los derechos humanos para promover la autodefensa de sus derechos en sus comunidades.  

Han  transcurrido 25 años, muchas cosas cambiaron en la forma de educar, sensibilizar y empoderar a los sectores populares con los que trabajamos, no así en la finalidad que continúa siendo la lucha contra la impunidad, el abuso de poder y las injusticias. En este contexto con el apoyo de la cooperación alemana y específicamente de EIRENE; que desde hace cuatro años con el proyecto Cultura de Paz se desarrolló la experiencia de los campamentos con jóvenes como espacios lúdicos para el análisis de la situación de las comisiones, el fortalecimiento de capacidades en los y las jóvenes y la promoción del arte como herramientas de  lucha en el trabajo que realizan. 

Desde 2012 se han realizado 3 campamentos en los que más de cuatrocientos hombres y mujeres jóvenes se han capacitado y comprometido con la defensa de los derechos humanos y con una cultura de paz. En 2015 con la experiencia de los dos campamentos anteriores y mediante espacios de talleres de música, teatro, stencil, ciberactivismo, títeres  y biodanza se apuntó nuevamente al arte como instrumento de  denuncia y para la movilización social.

Claudia Jaekel, cooperante y asesora del proyecto sobre la efectividad de este espacio para la transformación social, señaló: “Quizás el mayor logro es incentivar a los y las jóvenes a encontrar su propia voz, a que expresen sus propias demandas, a que desarrollen sus talentos y capacidades. Luego de todo un proceso de formación, de compartir experiencias y vivencias ellos-as ven más más allá de sus propias necesidades y ven las posibilidades que existen como conjunto desde la Red para la transformación de este sistema injusto y violatorio de derechos humanos”. Jaekel reafirmó la importancia del campamento para la apropiación de herramientas innovadoras para  la realización de activismo social.

Por su parte, María Elena Altamirano, coordinadora del Área de  Educación afirmó que los desafíos continúan siendo grandes en el trabajo con la juventud, pues éstos deben luchar no solo contra un modelo que lo excluye y aparta de la toma de decisiones en todas las dimensiones de su vida sino que deben también luchar para integrarse en un sistema educativo y laboral que no les brinda oportunidades para desarrollarse.  De ahí que la formación en derechos adquiere una relevancia práctica y estratégica para demandar con la fuerza de los argumentos a los tomadores de decisión e incidir en la mejora de sus propias condiciones de vida.

El punto de partida: el análisis de contexto 

A través de murales, los y las jóvenes promotores participantes compartieron la realidad de sus municipios, los obstáculos para el ejercicio de su labor y las principales problemáticas de derechos humanos que enfrentan: el abuso de poder, la falta de respuesta de las autoridades policiales, la falta de consulta a la población, la violencia contra mujeres y niñas, el embarazo de niñas y adolescentes, la falta de independencia de las instancias de la administración de justicia y la falta de reconocimiento de los  promotores-as son situaciones que evidencian graves violaciones de derechos humanos y la resistencia de los funcionarios públicos al trabajo de acompañamiento a las víctimas que realizan los y las promotores. 

Promotores y promotoras de la comisión de León denunciaron las sistemáticas violaciones a los derechos humanos de la población LGTBI y de activistas de la diversidad quienes son víctimas de discriminación por parte de la Policía Nacional se han negado a recibir denuncias y del Ministerio de Salud por negarles la atención médica a algunos activistas transexuales. Por su parte,  promotores-as  de la Isla de Ometepe rechazaron el proyecto canalero por poner en peligro el Gran Lago de Nicaragua, sus medios de vida y por ser un proyecto inconsulto.

El arte como herramienta de denuncia y de movilización ciudadana

El taller de música contó con la facilitación  externa del canta autor Gustavo Bucardo, los y las participantes de esta taller crearon de forma colectiva la canción: “Basta Ya” la cual  con su contundente lirica: “Yo te canto con el alma, yo te canto con el corazón, somos voces de este pueblo que ya quiere despertar…Hace valer tu voz, defender el bosque, defender el lago” nos reafirma “no estamos dormidos” y nos invita a movilizarnos para defender derechos fundamentales para la vida como es el lago, actualmente amenazado por el Proyecto de Canal.

En el taller de teatro, facilitado Bea Uber y Ana Hara del Colectivo de Mujeres de Matagalpa se compartieron las herramientas del teatro callejero para exponer problemáticas sociales y como método no formal para la sensibilización. En la clausura presentaron la obra de teatro Gestos de libertad, obra que cuestiona la represión y la violación del derecho humano a la libre movilización. Dejando en  evidencia que la juventud no es indiferente, la demanda final de libertad, respeto a los derechos humanos, no represión, entre otras así como el uso de afirmaciones potentes como: “yo hago valer mi voz” “no estamos ciegos, mudos o sordos”, “tengo una voz”, “no tengo miedo” “unidos” fue una advertencia de que la juventud no está apática y que  está dispuesta a luchar por el respeto a sus derechos.

Asimismo, del taller de teatro surgió el grupo de títeres Titiritiando por los derechos humanos, facilitado por Diana Brooks, éstos trajeron al escenario a  problemáticas como el abuso policial, el autoritarismo y el bulling en las escuelas. Por su parte,  el taller de stencil -arte grafica-, facilitado por Sandra Centeno mostró como el arte gráfico y la impresión en camisetas constituye un importante medio para la trasmisión de mensajes; sensibilizar y educar desde la calle a la población. Éstos compartieron como producto final las camisetas: “vive sin miedo” concluyendo que la situación del país lleva a las personas a vivir con miedo, pero que es decisión de uno vivir así o alzar la voz  y defender sus derechos.

En el taller de ciber activismo, facilitado por Brenda Meneses nos mostró nuevas maneras de usar las nuevas tecnologías de la información como herramientas para la denuncia y la educación, sin duda los-as jóvenes  de ciberactivismo descubrieron a través de la página de Facebook: “Sin pelos en la lengua”, creada durante el taller, otra manera de usar las redes sociales y potenciarlas como herramienta de denuncia a través de memes, videos cortos y denuncias. Finalmente, Anabel Ibarra desde la biodanza, con  danzas colectivas y  poesía  enseñó la importancia de promover nuevos liderazgos y del cuido personal para la defensa de los derechos humanos.

Fue una rica experiencia

La promotora Mariela Juárez de San Juan de Limay expreso: “Fue una experiencia rica en aprendizajes que me ha servido para  ampliar mis conocimientos sobre derechos humanos. Desde el teatro aprendí como podemos dar un mensaje  con el objetivo de mejorar y plantear acciones que conlleven a la solución de una situación de violencia. Por su parte, Raúl Alfonso Cerda, de la comunidad Dulce Nombre en Jinotepe reafirmó la importancia de la retroalimentación y el compartir de experiencias y saberes para la acción efectiva. “Con el campamento refuerzo los conocimientos que tengo con nuevos, comparto ideas con otras comisiones en busca de apoyos  ya que en diferentes partes son los mismos problemas, yo aporto, ellos me aportan”. 

No hay mayor discapacidad que la indiferencia

Dina Jokasta Rodríguez Castro, joven de Yalí manifestó: “Ha sido una experiencia linda, convivir, compartir con las otras comisiones, experiencias, culturas, costumbres. Aprendí muchos, hice amigos de otros municipios, lo más valioso ha sido compartir con los demás, me encantó el taller de música, aprendí a que desde la música se pueden transmitir poderosas ideas”.

Dina es promotora a partir del ciclo 2015 realizado por la filial Matagalpa ella sufre una discapacidad motora, sin embargo la fuerza de sus argumentos y compromiso muestran que no existe mayor discapacidad que la indiferencia. “Sufrí parálisis cerebral que me generó deficiencia motora, lo cual ha sido una limitante para movilizarme, pero no para defender derechos, ello más bien me anima para mostrar que pese a mi limitante puedo apoyar a comunidades, pues la búsqueda de soluciones no tiene discapacidad.

Abrí mi mente y estoy abriendo nuevos caminos

Rider Alberto Alarcón de león es un joven gay quien nos compartió lo difícil que es ser diferente en una sociedad intolerante y discriminatoria, compartió que desde adolescente fue rechazado por su propia familia al punto de dormir en la calle. En esos momentos difíciles Cristel, promotora transexual de León, quien le ánimo y apoyo para salir adelante.  Señaló que estos procesos le han abierto la mente y le están permitiendo empoderarse y apoyar a otros chicos que comparten sus opción.  Según Rider con su trabajo ha logrado una mayor aceptación y apoyo incluso de su familia. Finalmente, con mucha apropiación afirmó: “Soy un promotor, es un compromiso luchar como comunidad LGTBI, pues los derechos de la comunidad gay sigue siendo un desafío. Hay muchos que callan y les niegan sus derechos. No me gustan las injusticias, he sufrido discriminación, por eso no me gustan las injusticias y lucho por  los derechos humanos. 

“Gracias por mostrarnos que hay esperanza”

La Doctora Vilma Núñez, presidenta del CENIDH, fue quien  estuvo a cargo de la clausura del campamento. Sus palabras iniciales no pudieron ser más coherentes: “No se puede clausurar esto, ello es imposible, esta experiencia enriquecedora y llena de esperanza debe continuar, debe transmitirse y continuar  en las comisiones y comunidades”. La Dra. Núñez agradeció a los y las jóvenes por mostrar que en un contexto a veces frustrante y paralizante ellos-as a través de la música, el teatro y otras expresiones artísticas mejor que nadie pueden promover la movilización social a través de sus sencillos, pero poderosos mensajes.

Asimismo, señaló que no se puede ser defensor de derechos humanos desde el escritorio, que hay que estar con la gente, a su lado, escuchando sus problemas y construyendo soluciones desde sus realidades. La Dra. Núñez, recordó la difícil situación que viven los miskitos de Waspám; la represión y criminalización de la población de Mina El Limón; a las poblaciones ubicadas en el corredor seco que sufren hambre y a los cuales se les niega su derecho con acciones que impiden la solidaridad de otras poblaciones como la ocurrida en Ocotal  al impedir a integrantes del Consejo de Defensa de la Soberanía y el Lago llevar alimentos. Recordó  también a las mujeres de que caminan desde Chichigalpa para manifestarse contra una audiencia injusta en la que procesan a sus hermanos, hijos y esposos por demandar se les atienda su problemática.  
Finalmente, agradeció por demostrar que sí hay relevo generacional, que hay jóvenes con una inmensa creatividad y compromiso con la defensa de los derechos humanos e invitó a ser motivadores del despertar de otros jóvenes instrumentalizados por los intereses de los poderosos y sobre todo a hacer ruido en todas partes y demostrar que se puede vivir sin miedo cuando la opción de vida es defender los derechos humanos.
“Basta ya de tanto abuso”
“Basta ya de tanto abuso” dice la canción: Basta Ya, canción insignia de este tercer campamento, la misma recoge el clamor de decenas de jóvenes quienes  como patrón común y en distintos niveles enfrentan el abuso de poder como una de las principales problemáticas. Basta ya de tanto abuso expresaron los jóvenes a través de las presentaciones finales que clausuraron el campamento en las que a través de la música, el teatro y otros productos creativos reafirmaron su rechazo a la impunidad, la violencia, la discriminación, la exclusión y las injusticias. Basta ya de tanto abuso constituye la piedra angular de una declaración de compromiso  con la defensa de los derechos humanos, una declaración que como semilla fecundará Nicaragua entera para la construcción del país  posible en el que quepamos todos y todas desde el respeto a la diversidad y la vigencia plena de los derechos humanos.