El 20 de enero del 2015 el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) conoció a través de los medios de comunicación de la detonación de un artefacto explosivo en la comunidad El Portal, jurisdicción de Santa María de Pantasma-Jinotega la cual dejó dos fallecidos, presuntos miembros de un grupo armado de la zona. En este contexto también se conoció de la muerte por disparos de arma de fuego del pequeño productor Modesto Duarte de 62 años y de la detención de su hijo Jadier Duarte Peralta de 19 años de edad, por miembros del Ejército.
El 21 de enero, la filial CENIDH Matagalpa recibió llamada telefónica de Nelson Centeno, habitante de la comunidad El Portal quien solicitó la presencia del CENIDH en la zona debido a las graves violaciones de derechos humanos perpetradas por oficiales del Ejército. El 22 de enero un equipo del CENIDH se movilizó a la comunidad presentándose en la vivienda de la familia Duarte Peralta y en el lugar donde estalló el artefacto explosivo.
Al momento de la visita, éstos se preparaban para el funeral del Señor Duarte junto a unas trescientas personas de diferentes comunidades quienes expresaron su pesar e indignación por los hechos ocurridos. Cabe destacar que Santa María de Pantasma fue una de las zonas donde se cometieron en la década de los ochenta abusos y violaciones de derechos humanos por parte del ejército, excesos que no fueron investigados ni sancionados. Los hechos recientes abren heridas todavía no sanadas, lo que se ve agravado en los últimos diecisiete meses con los enfrentamientos entre el Ejército y grupos armados con víctimas civiles, casos a la fecha en impunidad.
En esta visita se pudo entrevistar a familiares del señor Duarte, así como a decenas de habitantes de la comunidad. En la inspección al lugar donde estalló el artefacto explosivo, un cafetal ubicado dentro de la propiedad de la familia Duarte a unos cien metros de su vivienda, se encontraron restos de pertrechos militares, casquillos, pedazos de mochilas, ropa, restos de piel y cabello en las cortezas de los árboles y los restos de un pie a unos cien metros del lugar de la explosión. Asimismo, familiares y alrededor de unas cincuenta personas de la comunidad nos llevaron al lugar donde afirmaron fue ejecutado por oficiales del Ejército el señor Duarte.
Los pobladores entrevistados señalaron que el artefacto explosivo fue llevado por dos motorizados de identidad desconocida quienes durante tres días estuvieron entrando a la comunidad. Asimismo, señalaron que unos cinco minutos después de la explosión el área donde ocurrió la explosión fue acordonada por militares, quienes impidieron el ingreso de la población civil al lugar. Éstos se trasladaban en una camioneta cerrada tipo ambulancia.
La señora Veneranda Rodríguez Peralta, esposa de Modesto Duarte, manifestó que luego del estallido, su esposo, su hijo Jaider Antonio Duarte Peralta de 19 años y su nieto Eliezer Duarte de 16 años corrieron hacia el lugar cuando de pronto se escucharon disparos provenientes del cafetal. En este momento, únicamente su nieto Eliezer pudo escapar. A eso de las seis y treinta minutos de la tarde su hijo Yader Modesto Duarte Peralta de 22 años ante la falta de información ingreso a la zona observando a su hermano Jaider en el piso y herido en una de sus piernas. En este momento Yader fue detenido con violencia por soldados del ejército quienes lo tuvieron amarrado de pies y manos hasta su entrega a eso de la una de la mañana a Miguel Centeno, Coordinador de los Gabinetes de Familia en la comunidad El Portal, quien lo entregó a sus familiares. Al momento de su liberación Yader relató que durante su detención en varias ocasiones un soldado le colocó una bayoneta en el cuello a la vez que le decía que lo mataría.
Por su parte, Reyna Duarte señaló que después de más diez horas de acordonamiento de la zona ya en ese momento por oficiales de las fuerzas especiales de la policía se formó una Comisión integrada por 15 personas quienes a eso de las seis de la mañana subieron hasta el cafetal para exigir la entrega del cuerpo de Modesto Duarte, logrando que su sobrina Jamileth Duarte entrará donde estaba el cuerpo sin vida de su tío quien se encontraba debajo de unas cepas de chagüites en ropa interior y con una perforación en la región del abdomen y otra sobre la cadera, siendo entregado su cuerpo a eso de las ocho de la mañana del 21 de enero.
Según los relatos de los familiares, el cuerpo del señor Duarte presentaba diferentes golpes en la espalda, dos orificios de bala y fracturas en su brazo y pie derecho. Posteriormente, al subir al lugar donde explotó la bomba encontraron un árbol de naranja con pedazos de mecate en donde encontraron restos de cabello que creen corresponden a Duarte por lo que presumen fue capturado vivo y posteriormente ejecutado.
El 22 de enero en horas de la tarde familiares del señor Duarte y una decena de miembros de la comunidad acompañados por el CENIDH se trasladaron al Hospital Victoria Mota en donde bajo custodia de dos oficiales de las fuerzas especiales de la Policía se encontraba Jaider Duarte Peralta quien al ser entrevistado dijo que fue capturado por soldados del Ejército de Nicaragua quienes además le dispararon en la pierna izquierda, siendo posteriormente traslado por éstos al hospital e interrogado por su supuesta participación en el grupo armado. Al respecto Jadier manifestó: “Me hicieron un sinnúmero de preguntas: qué quienes eran, qué de donde lo conocía, que cómo colaboraba con en ellos, qué quienes más lo hacían…”.
En compañía de la señora Veneranda Rodríguez un equipo del CENIDH se trasladó a la jefatura de la Policía Nacional de Jinotega a fin de conocer si estaba siendo acusado de la comisión de algún delito. Según el Comisionado Gustavo Antonio Aguilar, Segundo Jefe de Jinotega hasta el momento Jadier Duarte no tenía ninguna acusación, remitiéndonos a la oficina de Auxilio Judicial donde el subcomisionado Bernardo Solís quien refirió que éste no tenía ninguna acusación y que se encontraba en carácter de víctima. Expresó que después de una entrevista sería puesto en libertad ya que si estaba en el lugar de los hechos es porque al menos conocía a los integrantes del grupo armado. Pese a su estado de salud y que supuestamente se encontraba en carácter de víctima y herido fue trasladado fuertemente custodiado y esposado a la delegación policial donde en horas de la tarde fue liberado.
El 24 de enero en conferencia de prensa en el CENIDH la familia Duarte Peralta repudió la muerte de Modesto Duarte quien era una persona querida en la comunidad. Asimismo, exigieron que este hecho no quede en la impunidad como otros casos. María Duarte, hija del fallecido, manifestó: “aunque no podemos hablar, tenemos mucho que decir”. De igual manera pidieron que se detenga la matanza de campesinos inocentes.
Al respecto, la Dra. Vilma Núñez, Presidenta del CENIDH, manifestó su preocupación por este hecho gravísimo y exigió al gobierno que reconozca que existe un problema, que existe un descontento y que se siente a dialogar; exigió que cese la represión contra los campesinos los cuales son víctimas de esta situación, así como una investigación objetiva, exhaustiva sobre los hechos ocurridos. Pidió también a los medios de comunicación y a la población en general que mantengan en agenda esta denuncia y que exijan su investigación y sanción a los responsables. Finalmente, agregó que el CENIDH de ser necesario recurrirá a las instancias internacionales de derechos humanos para que el caso no quede en la impunidad.
Para el CENIDH esta denuncia deja en evidencia la escalada de violencia que amenaza la seguridad en el campo debido a que la respuesta ante los grupos armados es la militarización y violación recurrente de los derechos humanos, con el saldo trágico de la muerte de civiles que habitan las zonas afectadas.