COMUNICADO
El CENIDH, expresa sus condolencias al pueblo sudafricano ante la desaparición física de Nelson Mandela, símbolo de la lucha por la igualdad y libertad en el mundo. Su ejemplo inspiró a otros pueblos que se resistieron a la opresión, mismo que sigue inspirando a otros pueblos que en la actualidad viven en un ambiente de limitaciones a las libertades individuales y enfrentan la exclusión por parte del Estado. Sus 27 años como prisionero político rejuvenecieron sus fuerzas para continuar en la lucha, dando muestras de persistencia sin dobleces de ninguna naturaleza, esa aptitud de líder hace invaluable su legado en estos tiempos.
Nelson Mandela, fue un pacifista por naturaleza, en su lucha privilegió las ideas y la razón. Estrechó las manos de sus verdugos, un ejemplo de humildad, nunca se instituyo como alguien indispensable para la lucha del pueblo Sudafricano. Mandela fue coherente, no habló de los pobres para sostenerse sobre los pobres, para obtener su propia riqueza, no habló en contra de las dictaduras pensando en sostener una dictadura, no habló en contra de la familia pensando en controlar el Estado, el partido y todas las instituciones fue un hombre que estaba claro de su función como servidor público cuando fue Presidente. Mandela no se aferró al poder.
La pérdida física de Nelson Mandela, renueva el compromiso del colectivo del CENIDH para continuar luchando por una Nicaragua donde existan instituciones fuertes, independientes, que se aferren al respeto de la ley, por una patria para todos donde se respeten los derechos humanos. Estamos seguro que Mandela se fue satisfecho por lo que hizo, consciente de la dimensión de su aporte ideológico en las luchas de los pueblos, del contexto actual cuando los Estados limitan los espacios de participación, concentrando el poder y debilitando las instituciones democráticas, amenazan y en el peor de los casos asesinan a los defensores y defensoras de los derechos humanos, es la tarea que tenemos por delante.
Muchos Presidentes hoy lamentan su muerte, pero es momento que asuman su deuda con sus pueblos, con la humanidad, en el fortalecimiento de los sistemas de protección de derechos humanos, en adoptar instrumentos internacionales que prevengan delitos de lesa humanidad.
Por su parte el CENIDH, seguirá el legado de Nelson Mandela, con la misma firmeza, porque:
¡¡¡ Derechos que no se defiende… Es derechos que pierde !!!
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