El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos Filial Matagalpa mediante información de medios de comunicación tuvo conocimiento del fallecimiento del señor Digno Francisco Castro Miranda, producto de golpiza propinada por reos recluidos en la Delegación Policial de Jinotega en la madrugada del miércoles 21 de agosto del presente año.
En entrevista a un medio de comunicación televisivo el Comisionado Mayor José David Jarquín Ortiz, Jefe de la Delegación Policial, expuso que en las celdas policiales había grupos organizados que robaban, mataban y violaban en una población cercana a los trescientos detenidos. Debido a la gravedad de los hechos, un equipo del CENIDH se presentó a esta unidad policial el 26 del mismo mes, a fin de conocer la versión de la Policía Nacional.
No obstante, ante la ausencia del Jefe de la Delegación Departamental acudimos a la Jefatura de Auxilio Judicial donde se encontraba el Jefe de esa Área, Subcomisionado Bernardo Solís a quien le hicimos la solicitud de entrevista. El subcomisionado salió inmediatamente de su oficina, sin decir más, aduciendo reunión con la jefatura. Cabe destacar que ésta es la segunda vez que ante solicitudes concretas de información el Subcomisionado no atiende al equipo del CENIDH.
El CENIDH considera grave la actitud de la autoridad policial quien olvidando su carácter de funcionario público y contrario a lo establecido en la ley se niega a brindar información de carácter público de relevancia. Estas acciones obstaculizan la labor de defensa de los derechos humanos y transgreden el principio de irrestricto respeto a la ley y a los derechos humanos establecidos en la Ley de la Policía Nacional, Ley 228.
El CENIDH entrevistó a la señora María González, esposa del fallecido, quien manifestó que su esposo fue detenido el martes 20 y que veinticuatro horas después fue remitido al hospital por severas lesiones en su abdomen provocadas por golpes y patadas, lo que le produjo graves daños en el hígado. Manifestó que su esposo señaló a reclusos por obligarlo a tomar grandes cantidades de agua y luego golpearlo salvajemente en el estómago por varios minutos sin recibir auxilio de otros reos o de la misma policía.
Los hechos referidos constituyen actos de tortura en perjuicio del señor Castro Miranda en una población de reclusos de alrededor de trescientas personas, es decir, en condiciones de hacinamiento. Tal situación ha sido de preocupación constante del CENIDH, más aun si se considera que la finalidad de las Delegaciones preventivas se desvirtúa recluyendo a personas condenadas, lo que agrava la problemática, y con la negativa de información por parte de los funcionarios policiales sobre la situación de las personas detenidas en las celdas policiales, siendo éstas por sí mismas espacios propicios para la violación de los derechos humanos.
En la foto la señora es María Gonzalez Viuda del fallecido atendida por dos de nuestras abogadas de la Filial del CENIDH en Matagalpa