Poema dedicado a Elea Valles por el Dr. Carlos Tünnerman Bernheim, miembro de la Asamblea General del CENIDH.
Leído en la marcha del 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
DOS NIÑOS BUSCAN A SU PADRE
Carlos Tünnermann Bernheim
A doña Elea Valle
La inminente desgracia
sin piedad los perseguía.
De comunidad en comunidad
anduvo la familia perseguida y acosada.
Silibila, Yaoya, San Antonio Su Sú en el Caribe,
fueron testigos de su angustia.
Un día, el padre pide ver a sus hijos
tras dos años de andar enmontañado
Francisco, de apenas doce años,
y Yojeisel, adolescente de dieciséis, saltan de alegría
vislumbrando el encuentro
con el padre ausente.
Largo es el camino que deben emprender.
La madre presiente la desgracia
y ruega que no vayan.
El amor filial se impone,
y los niños salen en busca de su padre.
La muerte siniestra les aguarda
en la boca de los brutales fusiles.
La tarde de aquel sábado premonitorio
en San Pablo 22 de la Cruz de Río Grande,
fue testigo del jubiloso encuentro,
del abrazo filial del padre con sus hijos.
La muerte siniestra les aguarda
en la boca de los brutales fusiles.
Cae la noche.
Los niños, cansados, duermen apacibles
acurrucados a su padre,
que anda con otros dos rearmados.
En la madrugada del domingo
los sorprende la infernal patrulla.
La orden siniestra de aniquilamiento
la escupen la boca de los brutales fusiles.
El niño Francisco y la adolescente Yojeisel,
tras salvajes torturas,
son también asesinados.
Lanzados a fosa común,
por salir a buscar en la montaña
el abrazo amoroso de su padre.
Por esos niños y esas muertes
¡Pido justicia!