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Equipo periodístico de Confidencial y Esta Semana denuncia espionaje e intimidación

7 de octubre de 2016

La Presidenta del CENIDH, Dra. Vilma Núñez se comprometió a resguardar los testimonios de periodistas de Confidencia y Esta Semana que fueron objeto de espionaje  e intimidación de parte miembros del ejército y personeros del FSLN, en atención a la solicitud de Carlos Fernando Chamorro quien lo denunció ante el organismo y periodistas de diferentes medios de comunicación.

Núñez dijo que el CENIDH acompañará a los periodistas en su defensa, a través de la denuncia pública que es un mecanismo no formal de defensa de los derechos humanos, informando ante el Relator de Libertad de expresión de la CIDH, Dr. Edison Lanzas, Artículo 19 y Reporteros sin Frontera.

A continuación la denuncia integra de Carlos Fernando Chamorro.

Hemos solicitado el acompañamiento del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, CENIDH, para denunciar ante la opinión pública una serie de actos que atentan contra los derechos constitucionales que protegen la libertad de expresión en nuestro país.

Nos referimos a acciones ilegales de intimidación y espionaje político, perpetradas por agentes que se identifican como oficiales del Ejército de Nicaragua y operadores del partido de gobierno FSLN, en contra de trabajadores de Confidencial y de este medio de comunicación independiente, bajo mi dirección.

En los últimos años, la redacción de Confidencial y Esta Semana ha sido objeto de una escalada de intimidación instigada por la política oficial que persigue restringir la libertad de información y expresión en Nicaragua. Estas acciones incluyen: campañas de desacreditación contra periodistas a través de medios oficiales y oficiosos, agresiones físicas y amenazas directas e indirectas, intimidación a través del uso de medios legales por el Estado, bloqueo sistemático al acceso a la información pública, represalias contra familiares de periodistas que trabajan en el sector público, y actividades ilegales de espionaje político contra periodistas.

A pesar de este clima de acoso e intimidación, hemos continuado realizando nuestra labor con ética y rigor profesional, practicando periodismo de investigación en aras de la verdad, y la promoción de la transparencia pública y los valores democráticos.

Ahora nos vemos obligados a alertar a la opinión pública nacional e internacional ante el recrudecimiento de prácticas ilegales, que no solo atentan contra la integridad de los trabajadores de Confidencial, sino además contra los derechos constitucionales de los ciudadanos para difundir y obtener información con plena libertad.

El acoso y la intimidación que han enfrentado los periodistas de Confidencial, se ha extendido al personal administrativo y técnico de este medio de comunicación, con implicaciones cada vez de mayor gravedad.

En las últimas semanas de septiembre, dos trabajadores de Confidencial, uno del área administrativa y otro del área técnica, fueron requeridos en actos separados, por un oficial del Ejército de Nicaragua y por operadores políticos del partido de gobierno, respectivamente, para demandar su colaboración en actividades ilegales de espionaje político.

En un acto de gran valentía cívica e integridad, los dos trabajadores de Confidencial rechazaron de forma rotunda la pretensión de los agentes oficiales de someterlos a la intimidación, y se negaron a brindarles la información requerida a través de medios ilegales e inmorales. Gracias a su lealtad con los valores de este medio de comunicación y a su coraje personal, es que podemos realizar esta denuncia.

Sus testimonios detallando lo ocurrido han sido debidamente documentados por el CENIDH y quedarán bajo el resguardo de esta institución defensora de los derechos humanos, y de dos testigos de máxima autoridad moral en el país, como una garantía para protegerlos ante cualquier intento de represalia.

Este es un resumen de los hechos que denunciamos ante el CENIDH:

El día 20 de septiembre, un trabajador del equipo administrativo de Confidencial fue citado a través de un conocido a encontrarse en un lugar públicocon dos personas de nombres Rafael Moreno y Ramón Abarca, para abordar asuntos de una supuesta oferta de trabajo.

Ambos se identificaron como operadores del FSLN, aunque nuestra propia investigación no ha descartado que tengan una vinculación directa con una instancia del Estado. Después de hacerle ver que conocían sobre su trabajo en Confidencial, Moreno le indicó que necesitaban información sobre este medio de comunicación, aduciendo que Confidencial “le estaba causando daño a las actividades del FSLN en la campaña electoral”.

Entre otras actividades, le demandaron información sobre lo siguiente:

•    El registro de personas y vehículos, con sus placas respectivas, que llegan diariamente a la oficina

Confidencial

•    Información sobre personas vinculadas al gobierno que llegan a la redacción de Confidencial, a reunirse con los periodistas.
•    Información sobre visitantes extranjeros pertenecientes a misiones diplomáticas u organismos internacionales que visitan Confidencial.
•    Información sobre los campesinos del movimiento anti canal interoceánico que llegan a Confidencial a brindar entrevistas periodísticas.

Además, le pidieron que les proporcionara una copia del disco duro que se utiliza para trasladar a canal 12 los programas de televisión Esta Noche y Esta Semana que dirigimos y que se transmiten en esa estación televisiva. Al rehusarse el trabajador, le insistieron que necesitaban al menos una foto del disco duro, para determinar técnicamente cómo podrían manipular el dispositivo. Sin embargo, a pesar de la posterior insistencia a través de llamadas telefónicas, el trabajador de Confidencial se negó a ceder ante las presiones.

Dos días después, el 22 de septiembre, una persona que se identificó con un carnet del Ejército de Nicaragua, de nombre Walter Abarca, se presentó en el domicilio de un profesional del área técnica de Confidencial.

Según hemos constatado en las propias memorias del ejército, Walter Ramón Abarca Flores es un oficial que fue ascendido al rango de Teniente Primero el dos de septiembre de 2014.
El oficial Abarca, quien llegó vestido de civil, le demandó al técnico que colaborara con el Ejército de Nicaragua brindándole información sobre Confidencial. De manera específica le planteó los siguientes requerimientos:

•    Información sobre las condiciones de seguridad de las oficinas de Confidencial
•    Información sobre el entorno de trabajo de los periodistas de Confidencial
•    Los asuntos que discuten y los temas que investigan los periodistas
•    Cómo se llevan a cabo las reuniones de los periodistas para definir su agenda.
Al negarse nuestro compañero a brindar información sobre estos aspectos, que están fuera del ámbito de su competencia, el oficial Abarca le demandó información sobre los siguientes asuntos técnicos:
•    La seguridad informática de Confidencial y el
funcionamiento del sistema de protección contra virus.
•    Le pidió que le entregara las contraseñas para acceder al sitio web de Confidencial

Al rehusarse nuevamente el trabajador de Confidencial, el oficial del ejército lo citó a una reunión ese mismo día a la que asistiría acompañado por un experto. Después de presentar su denuncia ante el CENIDH, el técnico de Confidencial le notificó al oficial del ejército que no asistiría a la cita.

La Constitución de la República de Nicaragua prohíbe de forma taxativa a los órganos del Estado practicar el espionaje político. El artículo 96 de la Constitución dice literalmente: ¨se prohíbe a los organismos del Ejército y la Policía, y a cualquier otra institución del Estado, ejercer actividades de espionaje político¨. Las actividades que estamos señalando contradicen abiertamente este principio constitucional.

Es pertinente recordar que ya existen precedentes sobre esta clase de prácticas ilegales. En octubre del año 2013, demandamos a la Asamblea Nacional y a la jefatura del Ejército de Nicaragua realizar una investigación por los actos de intimidación de que era objeto entonces el periodista Ismael López, por un Mayor y un Capitán del ejército, pertenecientes a la Dirección de Información para la Defensa, DID, quienes lo sometieron a un interrogatorio sobre asuntos políticos, en una labor de acoso y espionaje.
En esa ocasión, las autoridades del Ejército dijeron que no era necesario realizar ninguna investigación porque ¨el ejército no hace labores de espionaje¨. De manera que ante estas nuevas evidencias, demandamos el cese inmediato de esas y otras acciones ilegales, violatorias de la Constitución.

En cuanto al acoso e intimidación contra nuestra redacción y las fuentes que nos brindan información, advertimos que se está produciendo una grave violación al artículo 66 de la Constitución de la República, que establece: ¨Los nicaragüenses tienen derecho a la información veraz. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas ya sea de manera oral, por escrito, gráficamente o por cualquier otro procedimiento de su elección.¨ En consecuencia, ninguna autoridad estatal o política tiene derecho a impedir el libre acceso a la información, y menos aún a recurrir a prácticas ilegales para intimidar a los ciudadanos.

Como medio de comunicación independiente, reivindicamos el derecho constitucional de los ciudadanos a brindar y compartir información y a expresar, de acuerdo a su conciencia, su pensamiento con entera libertad. Rechazamos enérgicamente el chantaje yla intimidación. Como periodistas, seguiremos investigando y divulgando la verdad, e instamos a todos los ciudadanos, incluidos los funcionarios públicos, a no someterse a un patrón de temor y autocensura.

Como indicamos antes, los testimonios de los trabajadores de Confidencial han sido documentados ante el CENIDH y sus identidades serán guardadas en reserva para protección de ellos y sus familias. Adicionalmente, hemos entregado una copia de estos testimonios a dos personas de la más alta calidad moral en Nicaragua, como son el Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal, y el Obispo Auxiliar de Managua Silvio Báez Ortega, quienes conocen de primera mano estos hechos y aceptaron ser testigos y garantes de esta denuncia.

Agradecemos, en primer lugar, el ejemplo de integridad de nuestros compañeros, trabajadores de Confidencial, así como el respaldo yacompañamiento legal que el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos CENIDH nos ha brindado en esta denuncia, que a partir de este momento también será presentada a nivel internacional ante entidades defensoras de la libertad de expresión y los derechos humanos.



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