Ante el CENIDH se presentaron Deyvi Díaz  y María Esmilda Díaz Hernández, hijos de Pedro Díaz López, quien según los comparecientes fue asesinado por efectivos del Ejército, el 20 de agosto, a eso de las seis de la mañana, en su finca ubicada, Oskiwas, Sector de Arenales Dos, en San José de Bocay. Los denunciantes demandan que las autoridades policiales investiguen  estos hechos  y aclaren. “Mi papá no era de generales desconocidas, yo les di su nombre Pedro Díaz, él no era ningún delincuente sino un productor honesto, reconocido en su comunidad quien además se congregaba en la iglesia de San Antonio”, expresó Deyvi Díaz

Según Deyvi ese 20 de agosto, fue a visitar a su papá porque estaba enfermo, eran las seis de la mañana y estaban bebiendo café, cuando aparecieron dos  militares saludando, pero no entraron a la casa. En  ese momento escucharon  disparos de AKA, uno de los armados que se encontraba en el potrero cayó y el otro disparó defendiéndose. “Nosotros salimos corriendo por atrás, mi papá se quedó sentado, después apareció mi hermano menor y dijo mataron a mi papa, no salió de la casa allí lo mataron”, dijo Díaz.

El denunciante agregó: “me fui a entregar y me encontré con un pelón que iba con un AKA, me encañonó y me preguntó si era correo de delincuentes, yo le dije soy Pastor evangélico y andaba visitando a mi papa que estaba enfermo,  enseñé la biblia, el Reglamento de la Asamblea de Dios, pero me dijo que también los pastores están involucrados en estos problemas de delincuencia. Me tuvieron encañonado, me interrogaron,  me amenazaron con matarme sino agarraban al  que se corrió que es uno que anda armado”.

Según Deyvi al rato le enseñaron los cuerpos de los muertos y le preguntaron si los conocía, a lo que respondió que uno era el armado que le decían “Cinco Pinos” y el otro era su papá, quien tenía la cabeza destrozada, raspones en la cara,  heridas en los costados como de arma blanca y las manos quebradas, le cambiaron la camisa celeste tierno que andaba y le pusieron una camisa negra que no era del difunto,  le quitaron la botas”. Les quitaron una mochila y la cedula de Don Pedro.

El denunciante afirmó que quienes mataron a Don Pedro eran miembros del Ejército y que los de la Policía llegaron después al lugar, “yo los sé distinguir bien, fui Policía siete años”, aseguró Díaz.

“Mi padre era un hombre muy humilde, su vida la pasaba del trabajo a la iglesia, vendiendo sus productos en Bocay,  se congregaba en la iglesia de San Antonio, era reconocido en la comunidad. Recientemente había donado 20 mil pesos a la Alcaldía para la construcción de una trocha, en Oskiwas, Sector de Arenales Dos.

Por su parte, María Esmilda manifestó: yo estaba en la cocina cocinando un arroz, cuando apareció un militar que me saludo, al rato comenzó la balacera como estaban disparando a la casa tuve que salir huyendo, solo escuche cuando mi papá para protegerse se tiró al suelo y se quejaba, pues él estaba enfermo, en la casa estaba mi hermano, mi cuñada y tres niños, todos, menos mi papá, salimos corriendo…”. Asimismo, afirmó en cuanto a los rearmados: “Ellos pasan comiendo, yo en la casa le doy comida a quien pasa, a la policía, al ejército a cualquiera que pase se le ofrece aunque sea una taza de café”.

“Nosotros estamos aquí en el CENIDH para pedir  se haga justicia,  no puede ser que un pobre campesino trabajador sea asesinado así, la familia está descontenta, en la zona se está levantando gente en armas porque el Ejercito anda agrediendo a muchas familias, aparece gente muerta,  eso es duro por eso que la gente se alza en arma”, enfatizó Deyvi.
Juan Carlos Arce, Coordinador de la Filial del CENIDH en Matagalpa, informó que el 25 de agosto, un equipo de la filial Matagalpa visito las delegaciones policiales de El Cua Bocay y San José Bocay donde preguntaron a los oficiales investigadores si había alguna denuncia contra el Sr. Pedro Díaz López en el 2014 y 2015, donde informaron que no había ninguna denuncia, “según este dato no es cierto que Don Pedro era delincuente”.

Arce dijo “este caso nos parece sumamente grave, hay contradicciones importantes que merecen una investigación profunda  y sincera de parte de la policía y que diga la verdad de lo que paso ese día. Este caso deja muchas preguntas, en la nota oficial de la policía dice que fue esta institución la que realizó el operativo, pero los familiares dicen que eran personas vestidas de verde olivo y pinto. Al respecto Devy Tomas manifestó: “yo fue policía y conozco cuando es un militar, ellos eran militares, pues su uniforme tenía todo los distintivos del ejército”. Esto evidencia la inseguridad en la que viven las familias campesinas”.

Arce manifestó “según los testimonios de los hijos de Don Pedro, éste no murió en ningún enfrentamiento sino en su casa, ejecutado, es un hecho grave y que una vez más compromete la credibilidad de la misma policía y del mismo ejército”. Reafirmando que Don Pedro era una persona querida en la comunidad y se congregaba en una iglesia católica.

Para Arce hay contradicciones en lo narrado por los familiares de Don Pedro y la nota de prensa No 12/ 2015, emitida por la Policía Nacional, el 21 de agosto, en la que informó que “un destacamento policial que patrullaba en los alrededores de la Comunidad Cabecera de Toro, al Suroeste del municipio de San José de Bocay, departamento de Jinotega se enfrentó con  tres delincuentes que forman parte de la Banda Delincuencial “Cinco Pinos”, resultando muerto Francisco Reyes Méndez, alias “Cinco Pinos” , y otro integrante de la misma, de generales desconocidas. El Tercer sujeto se dió a la fuga.

El CENIDH hizo un llamado público a las autoridades de la Policía Nacional para que se haga una investigación exhaustiva, que diga la verdad de lo que se está viviendo en el campo. Asimismo, acompañó a Deyvi y a María Esmilda Díaz Hernández a Plaza El Sol a entregar una carta dirigida a la Primer Comisiona, Directora de la Policía Nacional, Aminta Granera, en demanda justicia, rechazando que Pedro Díaz López, haya sido delincuente y desmintiendo que haya muerto en un enfrentamiento.