La Presidenta del CENIDH, Dr. Vilma Núñez de Escorcia, en declaraciones públicas manifestó “que cada vez son más las personas que acuden a organismos de derechos humanos no gubernamentales, por la falta de confianza de la población en la administración del Presidente Ortega, quien tiene el control de los poderes del Estado, desnaturalizando así el actuar de las instituciones.

La defensora de derechos humanos recordó que hoy se cumple un mes de la masacre del 19 de julio, crimen condenable desde todo punto de vista y a un mes, este crimen se vuelve a condenar porque este tipo de acciones no se pueden  repetir, pero también se condena la serie de violaciones de derechos humanos de las cuales están siendo víctimas las personas a las que se les imputa la comisión de tales hechos.

Las violaciones en las cuales incurrió la Policía Nacional fueron:

1.    Capturas sin orden judicial y a altas horas de la noche.
2.    Lujo de violencia, pues varios de los detenidos fueron sacados de sus casas desnudos, según pruebas facilitadas por los familiares al CENIDH.
3.     Violencia en contra de los familiares de los detenidos.
4.    Ocultamiento de los detenidos a sus familiares, ya que no los dejaron ver, no les pasaron alimentos, ni medicinas y sus abogados defensores fueron impedidos de hablar con ellos.
5.    Detenciones ilegales por más de doce días, pese a que el CENIDH interpuso en dos ocasiones recurso de habeas corpus y no prosperaron.

Lo más grave fue la sustracción de su juez competente, porque el hecho de ser juzgado por su juez competente es una de las garantías del debido proceso, ya que los hechos ocurrieron en la jurisdicción de Matagalpa, la acusación inicial radicaba allá y de pronto, en una sospechosa maniobra, los trasladan a Managua y lo más insólito: la Presidenta de la Corte Suprema dijo “fue por comodidad que se está haciendo el juicio aquí en Managua” y esto constituye además de una violación de derechos humanos, un abuso de autoridad”, afirma la Presidenta del CENIDH, Dra. Vilma Núñez.

La defensora de derechos humanos expresó que “no hemos podido tener acceso para ver a los detenidos, no nos dejaron entrar a la audiencia pública en el Complejo Judicial y el video clip que se presentó en la exposición de la Comisionada Aminta Granera ha despertado una serie de inquietudes e interrogantes, pues nos preguntamos ¿cómo pudieron hablar y actuar los implicados con tanta tranquilidad frente a cámaras si sabían que de eso dependía su futuro y su declaración de culpabilidad o inocencia? No quiero afirmar nada, pero es posible que los hayan mantenido bajo presión y tortura; pero me llama la atención que los vistieron con un mismo uniforme y esto crea desconfianza”.